Por Carlos Tinnirello
Diputado de la Nación
Red de Encuentro Social (RedES)
El domingo 30 de septiembre los vecinos de Gualeguaychú volvieron a la ruta 14 repletos de indignación y bronca, y con la inquebrantable decisión de seguir la lucha para frenar a Botnia.
Las declaraciones del presidente Néstor Kirchner, que afirmó que “la planta (en referencia a Botnia) ya está ahí, no hay nada más que hacer”, desnudaron la política del Gobierno Argentino, y despejó definitivamente las dudas. Queda claro que a pesar de la retórica pública del presidente, el acuerdo con su par uruguayo, Tabaré Vázquez, está firmado.
Para los dos gobiernos, Botnia se queda en Fray Bentos; en cambio para el pueblo de Gualeguaychú se van. El “No a las Pasteras” es un himno no solo de Gualeguaychú sino de todo el pueblo argentino.
En la asamblea se escucharon expresiones muy duras contra el gobierno, los más vehementes pidieron que se declarara persona no grata al presidente Kirchner y a su esposa, la reina Cristina, propuesta que tuvo un caluroso apoyo de los asambleístas que a viva voz y con aplausos manifestaron su malestar.
Algunos, haciendo alusión a la falta de coraje del primer mandatario y comparándolo con el equipo nacional de rugby reclamaron no votar a los candidatos “K”. “Necesitamos un presidente Puma y no gallina”, afirmaron.
Las tímidas desmentidas del gobierno no calmaron los ánimos; por el contrario, aumentan las sospechas y el malestar por el doble discurso presidencial y por los funcionarios que, sin ruborizarse, declaran que la responsabilidad de una posible respuesta del Tribunal de La Haya contraria a los intereses Argentinos será de los vecinos que pidieron recurrir a esa instancia. Poncio Pilatos quedó ampliamente eclipsado por los funcionarios K y esto no hace más que alentar el descontento.
Acaso también la memoria le hace una gambeta: no recuerdan sus encendidos discursos en el recinto de Diputados cuando arengaban para “defender la soberanía y el Tratado del Río Uruguay que violaba Tabaré”. Ni más ni menos que el comportamiento al que nos tienen acostumbrado los diputados hipócritas. En esa oportunidad recuerdo haber planteado que el Tribunal de la Haya era un ámbito hostil a los pueblos, y que la más mínima expectativa que se generara en él sólo buscaba desmovilizar a los vecinos para sacarlos de la ruta, actitud que debía considerarse una traición. Ésta se consumó con el accionar del gobierno. La respuesta popular, que nunca bajo los brazos, vuelve a mostrar su decisión de lucha, porque están en juego el destino de nuestra soberanía y la vida de las futuras generaciones.
Desde nuestro bloque parlamentario Red de Encuentro Social (RedES), y junto a cientos de compañeros con los que estamos construyendo un nuevo movimiento político nacional denunciamos firmemente las acciones del Gobierno de Kirchner y de su candidata y esposa Cristina Fernández de Kirchner por continuar con un estilo de gobierno que pone sus acciones bajo el tutelaje de las multinacionales y las grandes empresas nacionales.
La política ambiental del gobierno argentino se ha estructurado con el único fin de utilización electoral. La asunción de Romina Picolotti como Secretaria de Ambiente tuvo esa única finalidad.
Mientras tanto los mega emprendimientos mineros están haciendo estragos en varias provincias con el decidido apoyo presidencial y de su Secretario de Minería Jorge Mayoral, quien sigue ofreciendo nuestras montañas favoreciendo su voracidad imperial con beneficiosas leyes impositivas y normas ambientales laxas.
Estamos sufriendo también la invasión sojera, concentrada en el monocultivo que destruye la tierra y concentra la ganancia en los pool cerealeros, mientras que a mediano plazo sufrirán las consecuencias los pequeños productores y los pequeños propietarios.
Las multinacionales petroleras siguen de parabienes: en los últimos años se votaron tres leyes que profundizan la privatización de la era menemista, concediéndoles nuevos beneficios, entre ellas la vergonzosa llamada Ley Corta que permite a los gobernadores, Jeques provinciales, la negociación directa con las empresas. Así, la Republica Argentina se transforma en el primer país del mundo que saca del ámbito nacional la negociación de un recurso estratégico. Eso explica el lamentable acuerdo firmado por el gobernador de Chubut, Das Neves, apoyado por Kirchner, que acordó extender la concesión a Plus Petrol hasta el año 2047.
Para detener este saqueo en 2005 nuestro bloque presentó un proyecto para nacionalizar el petróleo y crear una empresa petrolera pública, con control de los trabajadores y usuarios para que los 60.000 millones de pesos anuales de ganancia que se van del país de este recurso sean puestas al servicio de las urgentes necesidades de la población. Una decisión política que el gobierno deja dormir en los cajones de la Cámara de diputados. Pero como las acciones suelen imponerse a las palabras, el pueblo sigue manifestando su decisión de parar a las pasteras, mientras la sumisión y complicidad del gobierno colisiona con sus reclamos, desoyendo a los vecinos tanto la provincia de Misiones y Corrientes, entre otras, que ofrecen su madera para garantizar la producción de Botnia y ENCE. Sin este acuerdo peligraría el abastecimiento de la materia prima que necesitan las siete pasteras que se proyectan en el Uruguay.
En la ruta los vecinos siguen exigiendo medidas para impedir que Botnia pueda trabajar, por eso el día 23 de julio de este año presentamos un proyecto para impedir que por la aduana Argentina pase un solo árbol para el Uruguay que tenga como fin su utilización para cualquier tipo de producción que ponga en riesgo el medio ambiente.
Pero sería hipócrita no reclamar a los uruguayos medidas adecuadas en defensa del medio ambiente si no denunciamos los graves daños ambientales que en nuestro país se realizan bajo el gobierno y los símbolos “K”.